San Juan Bosco es el padre y maestro de la juventud. El santo de los chicos, especialmente de los más necesitados, a quienes les brindó una familia, los educó y los acercó a Dios y a María Auxiliadora. Compartió con ellos su carisma, en la bondadosa relación con todos, en la propuesta de santidad como alegría profunda en lo cotidiano, en la incansable pasión apostólica de salvar almas, en la difusión de la fe, en su lema de piedad, estudio y alegría.
Educó a los jóvenes con su Sistema Preventivo que, basado en la razón, la religión y la amabilidad, otorga una gran confianza en los chicos en la que se disipan sus miedos, se abren sus corazones y se siembran los valores.
Los pilares de esta gran familia son la Eucaristía y el amor a la Madre María Auxilio de los Cristianos.
La Obra de Don Bosco es para los jóvenes patio, para convivir en libertad, alegría y seguridad; casa, para recibir calor de hogar; escuela para capacitarse para la vida y el trabajo; Parroquia para estar unidos en la Iglesia de Dios.
Damos gracias a Dios por el don de este carisma.